Hemos pasado varios puertos de montaña pero ante el ímpetu de la emoción que llevabamos no había barreras que nos parasen; ni la lluvía q nos calló encima, ni perdernos en Guijuelo y ni siquiera pensar que no lo conseguiriamos; al final como siempre con paciencia y tesón llegamos a Salamanca.
Allí nos estaba esperando Marquipoli un colega que nos brindó cobijo y posada, aunq por las cena que nos puso creo que todo los kilos perdidos estos días están más que repuestos. Ñam, Ñam.
La anécdota del día es la serendipia, veniamos echando pestes de habernos perdido en Guijuelo cuando un coche se paró delante nuestra y wualá apareció Ana, una amiga de Helena que bajaba de Galicia y por los misterios de la vida se salió de la autovía justo en el mismo momento que nosotros pasábamos por allí, así que reencuentro y risas. Y ha celebrar la casualidad de las causalidades. Estuvimos un buen rato riéndonos. ¿qué posibilidades había de que nos encontrásemos? Si no nos hubiesemos perdido en Guijuelo no nos habríamos visto. Reflexión metafísica y kafkiana del día(tened en cuenta que estoy muy cansado y no se lo q escribo): en el camino como en la vida hay veces que te ha ocurrido algo malo, sin embargo, el tiempo al final te dice que gracias a eso conseguiste algo bueno que no esperabas.
Saliendo de Baños de Montemayor
En Bejar paradita para comer
Puertecito al canto, ozú que fatiga!!!
Y después de mucho penar, la sorpresa del día, nos encontramos con Ana
Llegando a Salamanca, prueba súperada
Marco´s house
